Durante
los últimos años el Instituto Canadiense de Conservación (ICC) ha desarrollado
una tabla para tomar decisiones de iluminación en museos y salas de exhibición.
La tabla contiene nuestro viejo intento de incluir en los cálculos valores
reales de vulnerabilidad de los objetos, es decir la decoloración predecible.
También contiene
los modelos de visibilidad, formulados por la comunidad internacional de
ingenieros de iluminación, desde comienzos de la década de los ochenta. Estos
modelos y los datos en los que se apoya, muestran la injerencia tan grande que
tienen en la toma de decisiones sobre intensidad de iluminación, el nivel de
dificultad de la tarea (el detalle del objeto que se está mirando) y la edad
del observador. Desafortunadamente, estos modelos son muy complejos y muy
difíciles aún para la mayoría de los consultores de iluminación. Los hemos
convertido en la siguiente tabla de cuatro simples, pero conservadoras reglas a
seguir.
Para ajustar la iluminación en razón
de la visibilidad es necesario aumentar la intensidad de la luz: para ver
detalles de poco contraste (hasta 3 veces), para superficies oscuras (hasta 3
veces) para que vean bien los observadores de edad madura (hasta 3 veces), y
para ver durante un tiempo limitado o si es una búsqueda visual compleja
(hasta 3 veces). Si cada uno de estos cuatro factores se considera
simultáneamente, esto da un máximo de 3x3x3x3=81. ¿Cuál es la cifra que se ha
sugerido para producir una visibilidad aceptable, si hay buen contraste, si los
objetos son de mediana reflexión y si además son observados lentamente por
personas menores de 30 años? Esta cifra con la que nos hemos familiarizado es
50 luxes. Por consiguiente un conservador o investigador de edad, que este
observando un objeto oscuro, y quiere encontrar rápidamente detalles poco
prominentes, necesita 50x81=4.050 luxes, que es más o menos lo que nos da la
luz natural indirecta cuando nos acercamos a una ventana y los que nuestra
propia experiencia nos dice, una y mil veces, que es lo necesario para realizar
esa tarea. Esto no quiere decir que así se justifique una iluminación
permanente de 4.000 luxes, sino explica la necesidad ocasional en el museo de
subir la iluminación y sirve para explicar todas las otras tareas visuales,
tales como exhibición, que necesitan entre 50 y 4.000 luxes.
Es necesario lograr un equilibrio
entre los “ajustes para visibilidad” y “los ajustes para vulnerabilidad”. Esto
le indica al usuario cuáles son las máximas intensidades y porcentajes de
tiempo de exhibición que son permisibles para mantener la pérdida de color al
nivel de “apenas perceptible” en los colores fugitivos, intermedios o durables,
a menos de un grado de perceptibilidad en 10 años (se llega a la pérdida total
de color en aproximadamente de 300 – 500 años). También hemos desarrollado la
prueba de decoloración e “micro punto”, en base a fibra óptica con el propósito
de realizar mediciones de vulnerabilidad directamente en objetos importantes, o
muestras asociadas al objeto, tales como una paleta de colores claveteada en el
borde de una pintura o tapicería. Sabemos que la carencia de conocimiento y la
incredulidad de alguna persona hace frecuentemente que la valoración de la
vulnerabilidad sea una tarea casi imposible.
La tarea también reconoce la
necesidad de diferenciar entre situaciones donde se puede lograr un control
total y aquellas en las cuales solamente se tiene un control parcial, tales
como las casas históricas. La tabla considera estas situaciones separadamente.
Stefan Michalski
Instituto Canadiense de Conservación
1030 Innes Rd. Ottawa DIA OMS Canadá
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