La historia de la iluminación comenzó cuando el ser humano descubrió el fuego hace más de 500 mil años. Desde que los humanos empezaron a usar el fuego para iluminar sus cavernas, el concepto de la iluminación se ha ido desarrollando y enriqueciendo la vida de la humanidad. Tanto es así, que hoy día no podemos imaginar un mundo sin luz, ni siquiera por media hora. El Museo de la Iluminación, que regenta una empresa fabricante de sistemas de luz, ofrece a los visitantes nuevas experiencias tecnológicas y artísticas.
Lo primero que verán al entrar por la puerta principal es un vestíbulo, iluminado por la luz natural que entra por las ventanas y las vidrieras del techo, y también por la luz artificial indirecta que complementa armónicamente la luz natural. Si seguimos por la izquierda daremos con el salón de Historia de iluminación, donde podrán conocer cuándo llegaron las primeras bombillas a Corea, y cómo éstas empezaron a usarse popularmente en los hogares coreanos. También exhiben uno de los primeros focos inventados por el famoso estadounidense Thomas Edison, así como una copia del registro de patente de invención.
Pasamos ahora al salón de artes luminarias. Es cierto que en las grandes ciudades hay festivales de este sector en la temporada invernal, pero aquí pueden disfrutarlas los 365 días del año. Aquí verán que las lámparas no solo sirven para iluminar un espacio. Por ejemplo, podrán experimentar de primera mano que, según el control de intensidad, del tono, de nitidez y de claridad de la luz, una foto o un cuadro pueden verse más menos atractivos.
Si bajan al sótano, encontrarán la sala de experiencia de iluminación. Si bien las dos salas en la primera planta son para simplemente “ver con los ojos”, aquí uno puede experimentar la iluminación con los cinco sentidos. Aprenderán que las aulas necesitan diversos tipos de iluminación según la materia que imparten, al igual que las habitaciones de los hospitales, que requieren distintos tipos de luz según la enfermedad del paciente. También podrán ver qué tipos de iluminación resulta más idóneos para cada espacio de la vivienda: habitaciones, sala de estar, cocina y baños.
Los visitantes pueden también someterse a una sesión de fototerapia, que utiliza la luz artificial o natural para tratar la depresión o el insomnio. De hecho, se dice que con tan solo controlar la intensidad de la iluminación en la casa o la oficina, es posible atenuar esas afecciones en cierta medida.
Si les han entrado ganas de visitar este museo, les aconsejo no ir durante el próximo festivo por el Año Nuevo Lunar, porque no abre ni durante las fiestas tradicionales ni en los feriados normales. Pero pueden ir en cualquier otro momento. Para llegar pueden tomar el autobús 133, frente a la estación de Yangju, línea 1 del Metro capitalino. Tras bajar en la parada Seommal Daehapsil (sala de espera de la estación de Seommal), han de tomar la calle angosta junto a la estación del restaurante Ujeong al frente, desde ahí, les esperan unos 200 m de caminata hasta el museo.
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