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miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿En qué consiste el sistema de color de Munsell y por qué es importante en la iluminación?

Fuente: https://www.iluminet.com/sistema-color-munsell/


Desde su creación el Sistema de color de Munsell ha obtenido aceptación internacional y ha servido como base para otros sistemas de color, incluyendo el CIELAB

Este año se conmemora el centenario del  fallecimiento de Albert Munsell, el artista estadounidense que por su interés en la ciencia realizó numerosas investigaciones respecto a la manera en que las fuentes de luz afectan nuestra percepción del color, dichos estudios al día de hoy siguen influyendo en el diseño de iluminación y el mundo del arte. 

Munsell nació en Boston y estudió en el Massachusetts Normal Art School; más tarde se convirtió en profesor de la misma escuela, impartiendo temas de composición del color y anatomía. En 1901 patentó un fotómetro, y en 1902 creó una esfera colorímetra que complementó la ya existente de James Clark Maxwell, usada hasta entonces para demostrar las tonalidades primarias. Gracias a estos dos instrumentos Munsell fue capaz de demostrar que el color que vemos es afectado por la luz. 

Un par de años más adelante Munsell publicó A color notation, un trabajo que contiene su nueva teoría del color. Como otras tantas grandes ideas de la época, el trabajo de Munsell se desarrolló a partir de tres conceptos interconectados: tono, valor y croma, que corresponden respectivamente a la longitud de onda, brillo y fuerza, o pureza de color. 

En el sistema Munsell, los tonos se organizaron de manera circular con cinco tonos principales equidistantes entre sí (rojo, amarillo, verde, azul y púrpura). Mientras que los tonos intermedios se encuentran situados entre los tintes principales y resultan de la mezcla de los tintes principales de los extremos. Además de estos, para cada tono principal e intermedio existe una escala comprendida entre 1 y 10.

Munsell

En cuanto al valor, éste hace referencia a la luminocidad del color. Y el croma, o saturación, se refiere al grado de pureza que tiene un color perteneciente a un mismo tono y un mismo valor. En esta escala, el croma varía conforme se acerca a la máxima pureza o intensidad para cada tinte, de manera que el valor máximo no se mantiene fijo, sino que varía dependiendo del color. 

En sus prácticas Munsell observó que elegir fichas de color suponía el empleo de luz estándar, es decir luz de día, por lo que concluyó que podía juzgarse la percepción del color en relación al desempeño de una fuente de luz, creando así cierto margen de error. En la escala, dicha falla – que es falla en el estado de tono, valor, o croma de un color- es lo que finalmente crea duda y confusión respecto a la percepción de color. 

A partir de sus observaciones, el valor que Munsell otorgó a un color resultaba del porcentaje de la luminancia relativa que refleja. Por lo que la relación entre la luz reflejada de una superficie, la luminancia, y la energía de luz visible no son aspectos lineales: por ejemplo si una superficie gris medio que tal vez podría parecer estar entre el blanco y el negro refleja menos de un 20% de la energía de luz de una superficie blanca. Sin embargo, Munsell usó el valor de forma que detonara una escala de luz percibida de manera uniforme, de negro a blanco y de blanco a 10 (blanco=0, y negro=10). 

Con todo esto, el éxito del sistema Munsell reside en el espaciado uniforme y en las escalas abiertas de croma, de modo que nunca faltara una posición para un color determinado, tanto si éste fuera real o imaginario. Y desde su creación, el Sistema de color de Munsell ha obtenido aceptación internacional, además de que ha servido como base para otros sistemas de ordenación del color, incluyendo el CIELAB. 

El sistema de color Munsell representa uno de los fundamentos en el área de iluminación, y de igual manera es un recurso auxiliar en muchas otras disciplinas. Por dar un ejemplo de la utilidad y relevancia del sistema, gracias a los aportes de Albert Munsell, un siglo más tarde, con la ayuda del Munsell Color Laboratories, en Rochester Nueva York, dos astrónomos, Karl Glazebrook e Ivan Baldry de la Universidad Hopkins en Baltimore, descubrieron el color del universo, un beige rosado, luego de estudiar la luz emitida por cerca de 200,000 galaxias. En un principio ambos investigadores creyeron haberse encontrado con un tono turquesa, sin embargo, tal como sentenció Glazebrook más tarde: “no hay errores en la ciencia, sino que los hay en la percepción”. 

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