El
Comité Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su sesión número 200 llevada a cabo en
París en octubre de 2016, decidió establecer el Día Internacional de la Luz,
entre otras cosas, para promover la importancia que la luz ha tenido a lo largo
de la historia del ser humano y para reconocer cómo este fenómeno natural
afecta nuestras vidas en más de un aspecto.
Este
logro se apoya, casi en su totalidad, en la propuesta exitosa del año 2015
declarado como Año Internacional de la Luz. Debido a la excelente aceptación de
esta celebración, la investigadora del Instituto de Física de la Universidad
Autónoma de México (UNAM), Ana María Cetto Kramis, participó en la asamblea de
la UNESCO hablando de la importancia de reconocer anualmente las aportaciones
de la luz en distintos campos de la ciencia como medicina, física,
comunicaciones y energía. Esta iniciativa fue impulsada por Ghana, México,
Nueva Zelanda y la Federación Rusa.
El
papel que juega la luz como parte fundamental del desarrollo de la humanidad es
de vital importancia. Este fenómeno ha estado en nuestras vidas desde el
principio y ha progresado de la mano con la inteligencia humana que ha
encontrado diferentes formas para adaptarla y usarla a nuestro favor, tanto en
el ámbito científico como en el campo del arte. Reconocer su valor y su
importancia, pretende ser uno de los motores que nos hagan ser más conscientes
de sus efectos y su correcto uso.
La
propuesta del Día Internacional de la Luz pretende llevar a cabo actividades
coordinadas alrededor del planeta con la finalidad de contribuir a diferentes
áreas del desarrollo, como:
·
Mejorar
la comprensión pública de cómo la luz y las tecnologías basadas en la luz tocan
la vida cotidiana de todas las personas y son fundamentales para el futuro
desarrollo global.
·
Aumentar
la capacidad educativa en todo el mundo a través de actividades de ciencia
dirigidas a los jóvenes; ayudar a abordar los problemas de equilibrio de género
y, en particular, los que se centran en el desarrollo de los países y las
economías emergentes.
·
Promover
la importancia de la tecnología basada en la luz para el desarrollo sostenible,
en particular en salud, agricultura y comunicaciones, con el fin de posibilitar
el acceso a la educación y para la mejora de la calidad de vida en todo el
mundo.
·
Promover
el conocimiento de la naturaleza interdisciplinaria de la ciencia en el siglo
XXI y hacer hincapié en cómo serán las interacciones entre las diferentes áreas
temáticas de la ciencia.
·
Resaltar
y explicar la relación íntima entre la luz y el arte, así como de la tecnología
óptica en la conservación del patrimonio cultural.
·
Aumentar
la cooperación internacional en ciencia fundamental, la investigación y el
desarrollo y la educación, mediante la coordinación de actividades entre las
sociedades científicas, instituciones educativas y la industria.
Otro
de los objetivos de la celebración del Día Internacional de la Luz es reconocer
el trabajo de diferentes científicos a lo largo de la historia, que han hecho
descubrimientos significativos como: Ibn Al Haytham, Augustin Fresnel, James
Clark Maxwell, Albert Einstein, Charles Kao, Arno Penzias y Robert Wilson,
entre otros.
El
Día Internacional de la Luz fué proclamado por la UNESCO en noviembre de 2017 y
su primera celebración será el 16 de mayo del 2018.
Se
esperan celebraciones alrededor de todo el mundo, que conmemoren la unión entre
disciplinas artísticas y científicas, que pongan en alto la importancia de este
recurso que influye en nosotros a nivel biológico, sensorial y espiritual
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