Fuente: http://smart-lighting.es/ciudades-naranjas-ciudades-azules/
Comienza una corriente en las ciudades norteamericanas donde sus responsables optan por no utilizar en sus calles LED azul de alta intensidad después del duro informe de recomendaciones de la Asociación Médica Americana.
Recordarán que en el mes de julio publicamos sendos artículos sobre el debate que se abría en Europa al recibir el Comité Científico de la Salud, Medio Ambiente y Riesgos Emergentes (SCHEER) una solicitud de la Comisión Europea, para evaluar los riesgos de seguridad asociados con el uso de LEDs y que posteriormente cruzaba el charco, donde EEUU se sumaba al debate sobre ciertos riesgos para la salud de la tecnología LED. Pues el debate sigue abierto y comienza una corriente donde los responsables de las ciudades norteamericanas, haciéndose eco de las recomendaciones de AMA (Asociación Médica Americana) comienzan a aplicar sus recomendaciones en el uso de ciertos tipos de LED en el alumbrado público.
Es un debate totalmente agotado y agotador volver a explicar las benevolencias tecnológicas de la iluminación LED, y más cuando la penetración de esta tecnología es muy alta e imparable. Está totalmente aceptada. Ayudan a reducir los costos de energía y en el caso de la iluminación de las ciudades, hacen que la iluminación nocturna de la ciudad se vuelva un poco menos naranja y abrasiva. Pero un cambio de tendencia en la iluminación LED de vanguardia ya está en camino en muchas ciudades después de una advertencia de la Asociación Médica Americana (AMA) que la iluminación LED azul o de alta intensidad como el tipo utilizado en muchas soluciones LED, podrían tener repercusiones negativas medioambientales y en la salud de las personas.
La AMA, como ya publicamos, afirma que las emisiones de luz azul pueden causar daños en la vista e interrumpir los patrones de sueño, especialmente a temperaturas de color superiores a 3000 Kelvin. En la mayoría de las principales ciudades donde la iluminación LED se utiliza en las farolas, la temperatura media de color oscila entre 5000K a 6000K, incluso en ciudades como Phoenix, Arizona, Lake Worth, Florida, y Los Ángeles.
Esto no ocurre solo en la iluminación pública. La luz azul, que también se emite desde televisores de pantalla plana, computadoras portátiles y teléfonos inteligentes, es el espectro de color marcadamente “más fresco” que muchas personas encuentran difícil de mirar, especialmente por la noche. Es similar, podríamos decir, a la iluminación fluorescente blanca brillante usada comúnmente en edificios de oficinas y en comercios, hipermercados, etc.
El debate no es sobre la iluminación LED. La iluminación del LED en sí misma no es el problema, sino el tipo de iluminación del LED que es utilizada en muchas áreas.
Según unas declaraciones a las que ha tenido acceso smartLIGHTING, Mark Hartman, director de sostenibilidad de la ciudad de Phoenix, ya está trabajando en un plan para desarrollar una luz LED más cálida para el uso en alumbrado público que oscilará entre 2700K y 4000k, lo que según AMA es mucho mejor para la iluminación nocturna.
“Idealmente, queremos bombillas de baja temperatura o grados kelvin en todas partes”, dijo Hartman a CNN sobre su plan. “Pero todavía hay una notable diferencia en la apariencia de 5000K a 4000 K. Las luces pueden ser tan brillantes, pero no tan blancas”.
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