¿Os acordáis de Pandora? La luna habitada por los Na’vi en la película Avatar nos maravilló a todos con unos escenarios nunca vistos entre los que destacaban animales y plantas bioluminiscentes. Pues bien, como nos cuenta la invitada de esta semana, la joven investigadora francesa Sandra Rey, es probable que no estemos lejos de esa ficción.
Rey defiende que seremos capaces de iluminar nuestras ciudades de una forma sostenible. Y con ello, dar solución a problemas tan importantes como la contaminación en el futuro o la repartición de los recursos limitados, pues el consumo de energía es responsable del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
A través de Glowee, una start-up que desarrolla sistemas de iluminación natural, nuestra invitada ha conseguido quemediante la modificación genética de bacterias bioluminiscentes que viven por ejemplo en el E.coli, y tras insertarlas en otros organismos, se pueda crear una especie de pegatina plana capaz de brillar durante los días en los que siga viva la bactería.
Las pegatinas de Glowee no generan contaminación visual ni necesitan infraestructura eléctrica. Los sistemas se pegan en superficies lisas y su forma puede personalizarse. El objetivo final es que sus sistemas de iluminación lleguen a las regiones donde viven los 1.000 millones de personas que carecen de acceso a la red eléctrica. Para lograrlo, además de incrementar la autonomía de las pegatinas, el equipo trabaja para mejorar su intensidad, que actualmente equivale a la de una lamparita de noche. Optimizar el envoltorio y perfeccionar la genética de las bacterias para que, por ejemplo, no alumbren durante el día cuando no es necesario, es decir, hacerlas inteligentes, son algunas de sus estrategias. El equipo también aspira a poder modular el color de la luz.
Ciudades del futuro, smartcities, que sean iluminadas por bacterias. ¿Os lo imagináis?
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