Las
luciérnagas son familiares, pero pocos se dan cuenta de que estos insectos son
en realidad escarabajos, miembros nocturnos de la familia Lampyridae. La
mayoría de las luciérnagas tienen alas, que las distingue de otros insectos
luminiscentes de la misma familia, conocidas comúnmente como luciérnagas.
Hay
alrededor de 2.000 especies de luciérnagas. Estos insectos viven en una
variedad de ambientes cálidos, así como en las regiones más templadas, y son
una vista familiar en las noches de verano. Las luciérnagas aman la humedad y
suelen vivir en regiones húmedas de Asia y las Américas. En las zonas más secas,
se encuentran alrededor de las áreas húmedas o mojadas que retienen la humedad.
Todo
el mundo sabe cómo las luciérnagas obtuvieron su nombre, pero muchas personas
no saben cómo los insectos producen su resplandor. Las luciérnagas han dedicado
órganos luminosos que se encuentran bajo su abdomen. Los insectos toman el
oxígeno y, dentro de las células especiales, lo combinan con una sustancia llamada
luciferina para producir luz con casi ningún calor.
La
luz de la luciérnaga suele ser intermitente, y los flashes en los patrones son
únicos para cada especie. Cada patrón de parpadeo es una señal óptica que ayuda
a las luciérnagas a encontrar potenciales parejas. Los científicos no están
seguros de cómo los insectos regulan este proceso de convertir sus luces de
encendido y apagado.
La
luz de las luciérnagas también puede servir como un mecanismo de defensa que
parpadea una clara advertencia de sabor poco apetecible del insecto. El hecho
de que incluso las larvas son luminiscentes presta apoyo a esta teoría.
Las
hembras depositan sus huevos en el suelo, que es donde las larvas se
desarrollan hasta la edad adulta. Las larvas se alimentan de gusanos y babosas
inyectándoles un líquido adormecedor.
Los
adultos evitan una presa y por lo general se alimentan de néctar y de polen,
aunque algunos adultos no comen en absoluto.
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