El proyecto europeo EMIL (Exceptional Materials via Ionic Liquids) ha concluido con el desarrollo de una nueva técnica basada en el uso de nanomateriales que aumentan la eficiencia energética de la nueva iluminación de una manera respetuosa con el medio ambiente.
La técnica consiste en recubrir de fósforo conversor de energía, a nanoescala, dispositivos como diodos emisores de luz (LED), células fotovoltaicas y bombillas fluorescentes, según informa CORDIS, el portal de información de la CE sobre investigación y desarrollo.
De acuerdo con la directora del proyecto, Anja-Verena Mudring, profesora de la Facultad de Química y Bioquímica de la Universidad del Ruhr (Bochum, Alemania), esta técnica posee un elevado potencial de comercialización, aumentará considerablemente la eficiencia energética y dará paso a una producción más ecológica y segura de este tipo de fuentes de luz.
El proyecto, que concluyó en agosto, ha contado con una financiación cercana al millón de euros y una subvención de inicio (“starting grant”) del Consejo Europeo de Investigación (CEI) de 150.000 euros, que permitió a Mudring y su equipo ensayar el potencial de los líquidos iónicos como nuevos solventes que generan fósforos a nanoescala.
Estos líquidos (sales líquidas a temperatura ambiente) resultan idóneos para la síntesis de sustancias inorgánicas. Su singularidad reside en que cuentan con iones grandes que encapsulan a partículas más pequeñas e impiden que crezcan. Además, son reciclables, sencillos de gestionar, no se inflaman y no son volátiles.
La iluminación concentra el 19% del consumo energético mundial y produce un 7% del total de emisiones de CO2. La sustitución de los dispositivos de iluminación tradicionales por otros más eficientes desde el punto de vista energético conllevaría un descenso de dos puntos porcentuales en el consumo energético mundial.
De acuerdo con la directora del proyecto, Anja-Verena Mudring, profesora de la Facultad de Química y Bioquímica de la Universidad del Ruhr (Bochum, Alemania), esta técnica posee un elevado potencial de comercialización, aumentará considerablemente la eficiencia energética y dará paso a una producción más ecológica y segura de este tipo de fuentes de luz.
El proyecto, que concluyó en agosto, ha contado con una financiación cercana al millón de euros y una subvención de inicio (“starting grant”) del Consejo Europeo de Investigación (CEI) de 150.000 euros, que permitió a Mudring y su equipo ensayar el potencial de los líquidos iónicos como nuevos solventes que generan fósforos a nanoescala.
Estos líquidos (sales líquidas a temperatura ambiente) resultan idóneos para la síntesis de sustancias inorgánicas. Su singularidad reside en que cuentan con iones grandes que encapsulan a partículas más pequeñas e impiden que crezcan. Además, son reciclables, sencillos de gestionar, no se inflaman y no son volátiles.
La iluminación concentra el 19% del consumo energético mundial y produce un 7% del total de emisiones de CO2. La sustitución de los dispositivos de iluminación tradicionales por otros más eficientes desde el punto de vista energético conllevaría un descenso de dos puntos porcentuales en el consumo energético mundial.
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