Fuente 2: http://books.google.com.ar/books?id=HGFxRFhwPqkC&pg=PA137&lpg=PA137&dq=iluminacion+de+carceles&source=bl&ots=lZT5jKFXk7&sig=QGq-0vk5wVgnU4ZiTLFIzux65Bc&hl=es&sa=X&ei=dBMSU87mJMSHkQeH34DADw&ved=0CEwQ6AEwBA#v=onepage&q=iluminacion%20de%20carceles&f=false
Un panóptico es una construcción cuyo diseño hace que se pueda observar la totalidad de su superficie interior desde un único punto. Este tipo de estructuras, por lo tanto, facilita el control de quienes se hallan dentro del edificio.
La creación de este diseño es atribuida a Jeremy Bentham, un filósofo británico que imaginó una cárcel en la que todos los reclusos estén bajo el campo de visión del vigilador, sin que los presos sepan si la observación se desarrolla en todo momento.
El panóptico original de Bentham contemplaba la instalación de una torre en el centro de la construcción para que el vigilador pudiera observar todo lo que ocurría en el edificio que, a su vez, debía estar dividido en diferentes celdas. La clave del panóptico radica en que, como los reclusos no podían saber en qué momento estaban siendo observados por el vigilador, éste podía distraerse o tomar tiempo libre.
Presento los conceptos de iluminación que Jeremy Bentahm expresaba para su construcción de cárceles.
Lo que sigue es la transcripción del libro Cárceles y Presidio, Aplicación a la Panoptica de Jeremías Bentahm, por Don Jacobo Villalba y Jordan, Fiscal de los criminal de la real Academia de Burgos, Marzo de 1834. Capítulo VI Iluminación
En todas nuestras cárcels se toca en dos extremos viciosos respecto a la iluminación: o se ocasiona a un gasto excesivo, si se condena a los presos a una noche oscura. Faltan fondos para costear las luces necesarias, y las que hay, o bien las suplen de su bolsillo los mismos presos, si son gente acomodada, o bien se pagan con el producto de los derechos de cárcelage. Aunque estos pudiesen ocurrir suficientemente al gasto de luces y otros artículos, solo sirven para formar el patrimonio de algunas familias interesadas en percibir mucho y gastar poco. Así es que casi todos los presos pasan en las noches de invierno doce o trece horas a oscuras, trabajando en distintos sentidos con su imaginación el tiempo que, sin perjuicio del sueño, podían ocupar algún oficio.
En la Panoptica de Bentahm no puede descuidarse este punto; sin el desaparecería la ventaja de que el ojo del inspector reconozca de noche, lo mismo que de día, las divisiones de la circunferencia. Si nos aprovechamos de los ensayos químicos hechos por la sociedad económica de Cádiz para obtener el alumbrado producido por el gas inflamable del carbón de piedra, se podría iluminar las cárceles con una economía extraordinaria. Este medio es preferible a todos, en razón de que la experiencia ha acreditado su utilidad en el caso de aplicarle a un edificio como mi modelo, convendría que la salida de gas fuese por la parte inferior del enrejado del corredor, de modo que reflejase hacia el centro de las divisiones. Estas y el corredor permanecerían iluminados durante la noche, y la torre central quedaría invisible, con cuya medida no podrían los presos intentar su fuga, ni salir de las celdas, sin que al momento les contuviese la idea que el alcaide les observaba. En ninguna cárcel se hace aquella tentativa sino al abrigo de la noche; pero en una Panoptica iluminada de este modo es más segura la noche que el día, en razón de que de día podría alguno traslucir si el alcaide está dentro o fuera de su habitación; mas de noche es imposible que averiguen se está presente o ausente, dormido o despierto.
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