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lunes, 4 de agosto de 2025

Iluminación en exceso afecta a la fauna nocturna en Mérida: biólogo

 Fuente: https://www.yucatan.com.mx/merida/2025/08/03/iluminacion-en-exceso-afecta-a-la-fauna-nocturna-en-merida-biologo.html


La creciente urbanización y el desarrollo desmedido de infraestructura traen consigo problemas ambientales poco visibles, pero que tienen un impacto significativo: la contaminación lumínica y auditiva.

Según el biólogo Juan José Durán Nájera, coordinador del Museo de Historia Natural de Mérida, esos dos tipos de contaminación, no solo impactan en la vida humana, sino que también tienen efectos en la vida silvestre.

“La contaminación lumínica afecta desde las plantas hasta la actividad nocturna de los animales”, señala Durán Nájera. Muchos mamíferos, aves e insectos desarrollan sus actividades en la noche, y la exposición constante a fuentes artificiales de luz altera sus comportamientos naturales.

Un ejemplo claro son las polillas que son atraídas por las luces, “entonces también mueren mucho”, detalla el biólogo. Este fenómeno no solo disminuye la población de insectos, sino que también altera cadenas alimenticias. Sin embargo, hay excepciones: “Los únicos que creo que se benefician son los murciélagos, porque como los insectos se concentran donde hay una luminaria, es donde se acercan a comérselos”.

En las aves nocturnas, como las lechuzas, el impacto puede ser ambiguo. “La luz les puede ayudar, por ejemplo, a cazar algún ratón que ande por ahí”. Pero, señala el biólogo, el exceso de iluminación podría afectarles a largo plazo: “Puede afectarles en el sentido de ir disminuyendo su capacidad de ver en la oscuridad”.

El impacto, dice el maestro, no se limita al mundo animal. Las plantas también sufren alteraciones. “Muchas plantas de repente florean cuando no es su época. Entonces eso es justamente por la contaminación lumínica”, señala el especialista. Además, alerta sobre el daño al cielo nocturno: “Ya no podemos observar todo lo que pudiéramos ver en una noche oscura, las estrellas”.

Pese a que ya existe una Ley del Cielo en Baja California para proteger el firmamento, Durán insiste en la necesidad de diseñar mejor los sistemas de iluminación: “Hay lámparas que la capucha la tienen bien hecha para que la luz se dirija realmente hacia el piso… desafortunadamente muchas están abiertas y emiten mucha luz hacia arriba”.

Otro problema creciente es el número de satélites en órbita, especialmente los de la red Starlink. “En una ocasión, vimos pasar, unos amigos y yo, como 15 o 20 satélites… Mucha gente dice: ‘son ovnis’, y no, no son ovnis, son un montón de satélites”, comenta. Aunque aún se desconoce el alcance del impacto ambiental, los astrónomos ya levantan la voz ante esta nueva forma de contaminación visual.

A la par de la luz, el ruido constante también representa una amenaza. “Obviamente donde hay un sonido muy fuerte, los animales comienzan a alejarse, pero depende de las especies”, afirma Durán Nájera.

Adaptación de la fauna

Mamíferos como los mapaches tienden a huir, mientras que otros, como las ratas, pueden acostumbrarse si encuentran alimento. “Puede ser que una rata, aunque haya mucho sonido, les va a atraer más la comida… se van a ir acostumbrando al sonido”, advierte.

Otros animales, como los zorros, han demostrado una notable adaptabilidad: “Los zorros son organismos pancrónicos… se han ido acostumbrando a todo”, explica. Esta capacidad les permitió sobrevivir catástrofes como el impacto del meteorito de Chicxulub.

El ruido también impacta a los humanos. “Una persona que está mucho tiempo donde hay mucho tráfico… va a disminuir su agudeza auditiva”, señala. En adultos mayores, esta pérdida puede ser más notoria y peligrosa. “No escucharán algo que pueda dañarlos, por ejemplo, que no oigan que una viga se va a caer”.

La contaminación auditiva también tiene implicaciones psicológicas. “Creo que sí hay gente que incluso puede llegar a alterarse por demasiado sonido, puede llegarle a afectar la psique”, indica el biólogo, quien subraya que las zonas industriales suelen registrar niveles muy altos de ruido.

A pesar de todo, hay soluciones. “Hay medidas que se pueden tomar al respecto… por ejemplo, los autos que vean su sistema de escape, las motos también”. También existen normas de decibeles permitidos en zonas urbanas”.

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