Fuente: https://www.ecologiaverde.com/la-contaminacion-luminica-como-afecta-a-los-seres-vivos-1204.html
El ritmo de vida de la sociedad actual demanda unos consumos energéticos muy elevados. Esta producción de energía provoca distintos tipos de problemas ambientales, entre los que está un tipo de contaminación aun muy desconocida por el público: la contaminación lumínica. Pero, ¿la contaminación lumínica cómo afecta a los seres vivos? En este artículo de EcologíaVerde vamos a dar respuesta a esta pregunta y a explicar detalles entorno a este tipo de contaminación que puede pasar más desapercibida para la gente, pero que igualmente nos afecta de forma grave.
Cuáles son las causas de la contaminación lumínica
Este tipo de contaminación es consecuencia de la emisión excesiva de luz directa o indirecta hacia la atmósfera desde diferentes fuentes artificiales, con diversas intensidades y espectros luminosos, como por ejemplo puede ser una excesiva utilización del alumbrado externo.
Generalmente, es en los países desarrollados donde la contaminación lumínica es mayor. Este hecho puede observarse en fotos nocturnas e interactivas del planeta. Así, vemos zonas que están más intensamente iluminadas, es decir, más contaminadas lumínicamente. Estos puntos coinciden precisamente con las zonas más desarrolladas del planeta como Norteamérica, Europa o Japón. En cuanto al territorio Español, están especialmente iluminadas ciudades como Madrid, Barcelona y toda la zona del litoral Mediterráneo.
Uno de los principales problemas es que en numerosas ocasiones, toda esta iluminación no es necesaria para desarrollar las actividades que se realizan, es decir, es una iluminación inadecuada y excesiva, que podría fácilmente reducirse tomando las medidas adecuadas y que genera excesivos costes económicos, de energía y medioambientales. Antiguamente, se creía que esto era un signo de desarrollo económico, pero hoy se sabe que no, si bien es cierto que una mejor iluminación, mejora la seguridad o el tráfico.
La solución tampoco se trata de dejar las ciudades o pueblos a oscuras, pero sí de alcanzar un equilibrio que conlleva una mejoría de la calidad de la iluminación natural.
Consecuencias de la contaminación lumínica para las personas
Los seres vivos como el ser humano, poseen unos procesos biológicos que están adaptados a los ciclos astronómicos de cambio de estación y alternancia día-noche. En concreto, en el ser humano, animales, plantas, hongos, bacterias y algunas algas, la hormona encargada de detectar los ciclos luz-oscuridad y las estaciones se denomina melatonina y es producida, por lo menos en humano, en la glándula pineal o epífisis. Según las señales que aporta esta hormona, el cuerpo adapta los procesos biológicos a las condiciones lumínicas.
Una de las consecuencias de la contaminación lumínica para el ser humano, es indirecta a la intrusión lumínica. Es decir, cuando se emite luz no solo donde se necesita, sino también a zonas vecinas, produciendo pérdidas en la calidad de vida o alteraciones del sueño. Como, por ejemplo, cuando luces de la calle se introducen en viviendas privadas.
Otra de las consecuencias se produce por deslumbramientos. Es decir, cuando una persona que está en la calle, ve reducida o imposibilitada su visibilidad por emisiones lumínicas artificiales. Un ejemplo puede ser la iluminación excesiva de ciertas carreteras, que en vez de ser un beneficio, los conductores muchas veces aumentan su velocidad en esos tramos, aumentando la siniestralidad. Otro factor es que las luces mal orientadas o con mucha potencia de las farolas u otros coches, a menudo deslumbran o producen zonas de sombras muy contrastadas que empeoran la visión del entorno. La solución podría ser adaptar el alumbrado en las carreteras a la visión del ojo, sin generar excesivos cambios de luz.
Además, el excesivo gasto energético produce un excesivo gasto de combustibles fósiles para producirla, lo que genera mayores emisiones de CO2 atmosférico, afectando indirectamente a la salud humana.
Consecuencias de la contaminación lumínica para la biodiversidad
La contaminación lumínica también afecta a la flora y a la fauna, sobre todo a los seres vivos nocturnos. Esta fauna precisa de oscuridad para mantener sus ritmos y, a veces, la luz no les permite desarrollarlos adecuadamente o incluso de ningún modo en absoluto.
Los efectos sobre la flora y la fauna de este tipo de contaminación están más estudiados que sobre la salud humana. Algunos ejemplos de cómo afecta la contaminación lumínica a los animales y las plantas son:
La iluminación excesiva de las playas es un perjuicio para la vida marina. Los ciclos de afloramiento y descenso del plancton marino se alteran por esta luz artificial. El plancton es la base de la alimentación de muchas especies marinas, que también se ven afectadas indirectamente.
Las aves se deslumbran y se desorientan en sus migraciones. En muchos casos, salen más tarde a buscar el alimento o no logran capturas. Además, muchos pájaros mueren al chocar contra edificios por no poder ver bien, en momentos que por exceso de luz quedan deslumbrados.
Muchos animales que no ven a ciertas longitudes de onda, pueden ser presa fácil de otras especies La luz excesiva altera los hábitos de la mayoría de los insectos que rompen el ciclo día-noche. Además, la luz ultravioleta que liberan muchas lámparas, los dañan e, indirectamente, a sus depredadores naturales como pájaros, murciélagos o anfibios.
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