Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1850781-ernesto-diz-el-maestro-de-la-iluminacion-teatral
Una noticia lamentable, perdimos a un luminotécnico excepcional.
Ayer, a los 81 años, falleció el iluminador teatral Ernesto "Tito" Diz. Fue un adelantado a su tiempo, un visionario que dignificó el oficio. A los 18 años, en Munro, había comenzado a estudiar teatro. "Primero probé todos los puestos: actor, director, vestuarista, escenógrafo, iluminador... Me quedé con iluminador porque no había competencia, nadie sabía nada", contaba muy suelto de cuerpo en una nota publicada en LA NACION hace 6 años, tiempo antes de un accidente en la calle que le dejó serias secuelas.
En perspectiva, parece ser que aprovechó muy bien ese hueco del desconocimiento de ese oficio. De hecho, a lo largo de su extensa trayectoria realizó más de 300 montajes tanto en teatro como en ópera. Fue Tito el que dio entidad, nombre y jerarquía a su oficio. Fue él quien hizo equipar las salas. El que peleó para que en los programas de mano se hablara de su trabajo como "diseño lumínico". El que, indirectamente, hizo que los premios a la actividad escénica repararan en el oficio. Fue un adelantado, un iluminador del futuro.
El 30 de octubre pasado la Universidad Nacional de Arte (UNA) le realizó un merecido homenaje. Se puso una placa con su nombre en el Aula Laboratorio de Diseño de Iluminación. La placa dice: "Pionero en la Argentina, desarrolló, jerarquizó y profesionalizó el diseño de iluminación". Esa tarde estuvo rodeado de buena parte de los creadores que él, con talento exquisito, iluminó sus puestas, sus carreras, sus personajes o sus estructuras arquitectónicas. Él -el maestro- dijo sentirse feliz y da felicidad saber que ese homenaje realizado por su compañeros y amigos le fue hecho en vida.
Tito Diz hizo la primera puesta de luces del CETC y, pasado los años, el diseño lumínico integral del Teatro Colón cuando se renovó el edificio. Ideó las puesta de luces de los tres montajes de Galileo Galilei que se hicieron en Buenos Aires (1964, de Onofre Lovero; 1984, Jaime Kogan, y 1999, Rubén Szuchmacher). Trabajó junto con Les Luthiers así como en diversas propuestas de Gerardo Gandini. Cuando el espacio escénico quedó chico, reparó en la arquitectura teatral para terminar trabajando en la iluminación arquitectónica y del espacio en sí mismo. En ese tránsito, lo convocaron para hacer el diseño de iluminación de tres discos emblemáticas: Mau Mau, Hipopotamus y El Cielo. En 1987 le encargaron la iluminación arquitectónica del valle de Las Leñas y le siguieron trabajos en hoteles, aeropuertos, edificios públicos, salas teatrales, hospitales y una infinidad de etcéteras. En 1990 fundó la cátedra de diseño en iluminación, una materia optativa en la FADU.
"La luz es uno de los pocos elementos mágicos que quedan en el teatro. Un elemento mágico es aquello que no entendemos del todo y hay que reconocer que todavía la gente no entiende la luz, a la electricidad no la ven y eso de que las lamparitas se prendan y se apaguen es algo que no cierra del todo", decía él. De ese elemento mágico, Tito Diz hizo arte, trabajo, profesión y materia de estudio.
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