Fuente: Revista seguridad vial número 126 (Enero - Febrero - Marzo 2015), parte del artículo escrito por Marian GARCÍA RUIZ, titulado Con los cinco sentidos al volante.
ABRE TUS OJOS
Si hay un sentido que reina sobre los demás
en la conducción es, sin duda, el de la vista.
“Es el sentido que tiene además una mayor
interrelación con otros muchos aspectos
como la experiencia, las emociones, la edad
o las enfermedades. También es el que más
influye en el riesgo de accidente”, según
el asesor médico de la Dirección General
de Tráfico (DGT), Juan Carlos González
Luque.
Una mala visión puede aumentar un 10%
el riesgo de sufrir accidentes. Sin embargo, los conductores cuidan este sentido menos de lo
que debieran. Según Javier Cañamero, presidente
de la asociación Visión y Vida, “las exigencias visuales
en nuestra sociedad son cada vez mayores,
pero no somos conscientes del papel de la vista en
la conducción; y lo importante no es tener problemas
de visión, sino tenerlos controlados y corregidos”.
Ver bien depende de la nitidez con la que
captamos las imágenes –la agudeza visual–, de la
amplitud del espacio que abarcamos –el campo visual–,
del movimiento y coordinación de los ojos
–la motilidad ocular–, de la percepción del color, la
profundidad y la reacción ante el deslumbramiento.
En todas estas cualidades influye, además, la edad
y el estado psicofísico. A partir de los 45 años los
deslumbramientos afectan más. Las señales se
ven peor, es más fácil tener una colisión lateral y
cuesta más enfocar.
Elena Valdés, asesor médico de la Subdirección
de Formación para la Seguridad Vial de la DGT,
destaca que, “además de las limitaciones que impone
el Reglamento de Conductores, cada uno
debe ser consciente de sus circunstancias y evitar
conducir en condiciones que le son adversas. Algunos
conductores no utilizan el vehículo con malas
condiciones de iluminación”,
VISIÓN DE FUTURO.
Conscientes de la importancia
de una buena visión al volante, los fabricantes
incorporan elementos para ayudar. Según Francisco
Aparicio, director del Instituto Universitario
de Investigación del Automóvil (INSIA), “donde
más se ha avanzado es en los sensores de reconocimiento
del espacio exterior, sobre todo frontal,
que usan tecnologías como el radar, láser, infrarrojos
o cámaras CCD para detectar lo que el conductor
no ve. Y se estudia cómo mejorar el reconocimiento
lateral o posterior”.
Además de multiplicar la calidad de la iluminación
con las últimas tecnologías (LED, xenón, diodos...),
algunos vehículos cuentan con faros inteligentes
que se encienden y apagan en función de la luz;
que se adaptan al tráfico y la velocidad y se autorregulan
para evitar deslumbramientos. Sin olvidar
los lectores de señales o los sistemas de visión
nocturna que captan la existencia de peatones u
obstáculos en la calzada. Sin duda, cada vez más
luz.
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