La iluminación con LED mata la retina
La luz LED es fototóxica y mata la células de la retina. Considerando que la retina es esencial para la visión, el riesgo es significativo, y su uso requiere protección ocular.
En diversas ocasiones hemos advertido de la nocividad de la iluminación mediante LED (diodos emisores de luz), aconsejando la iluminación biológica, con un perfil cromático continuo semejante a la luz del sol. De acuerdo a múltiples investigaciones, pues desde 1912 hay evidencia de que la luz produce daños en la visión.
En 2010 la Agencia de Salud francesa afirmaba que la luz que emiten los LED supone un riesgo para la retina. Ahora la investigación de la profesora Celia Sánchez-Ramos en la Escuela Universitaria de Óptica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), financiada por la Fundación MAPFRE, confirma que la luz de los LED presenta algunos riesgos para la salud que deben ser tenidos en cuenta.
Daño ocular
Los LED son peligrosos para la vista, esto lo sabíamos hace años por diversas experiencias “in vivo”, por cientos de observaciones clínicas especialmente con sujetos electrosensibles. Ahora hay otra evidencia científica, en este caso una experiencia de laboratorio “in vitro”. La investigación de UCM-MAPFRE concluye que la iluminación con LED tiene efectos nocivos para las células del epitelio pigmentario de la retina.
“Los experimentos han demostrado que la exposición a la luz aumenta el porcentaje de muerte celular inducida por la luz para todas las fuentes de luz LED. Especialmente en las células expuestas a luz azul y blanca, en las que se produjo un aumento de la muerte celular respecto al control del 92% y 94% respectivamente”.
Estamos hablando de “apoptosis”, o sea muerte celular producida por la luz del LED. El riesgo es significativo, porque el uso de fuentes de iluminación basada en LED crece de modo exponencial en iluminación ambiental y en dispositivos tan habituales como smartphones, tabletas, pizarras digitales, ordenadores y agendas, entre otros.
El epitelio pigmentario de la retina es una fina capa de células hexagonales esencial para el proceso visual, su alteración conduce a la degeneración retiniana, la disminución de la función visual e incluso la ceguera.
La conclusión del estudio de UCM es que “la iluminación LED es fantástica siempre que haya protección”. Consecuentemente, el grupo de trabajo ha creado una pantalla, conocida como Reticare, para proteger la retina de los efectos nocivos de los LED.
Falta investigación
Hace años que nos preocupa el riesgo sanitario de la iluminación con LED, y su rápida implantación comercial sin un estudio de impacto ambiental significa un riesgo incalculable.
Para valorar el impacto ambiental de los LED debemos considerar los aspectos ecológicos, económicos, energéticos y electromagnéticos, y sobre todo los efectos ópticos de la luz, la parte visible del espectro electromagnético.
Por ejemplo, con visión de impacto ecológico debe considerarse el impacto nocivo a largo plazo de la metalurgia, la minería y los residuos industriales, de Arsénico, Indio, Galio, y otras tierras raras usadas en los diodos luminosos, además de su escasez en el planeta. Su consideramos la salud, debe valorarse el riesgo para la salud del arseniuro de galio (AGA), que ha resultado ser tóxico para los animales.
Desde el punto de vista del usuario, consideramos que el mayor riesgo de los LED es óptico, debido a que se concentra toda la emisión de luz en un pequeño foco puntual (3-5 mm). Además el haz luminoso es muy direccional, lo que significa un agresión a la retina molesta y nociva a corto plazo.
Consideramos que falta mucha investigaciòn, pues la luz LED puede resultar nociva para los ojos y para el sistema neurológico solamente por ser una luz monocromática, lo que es antinatural. Cada diodo emite toda la energía en una banda discreta muy estrecha (pico monocromático), y nada en el resto del espectro.
La luz de LED es muy diferente de la luz blanca del día, esta tiene el espectro solar completo (fullspectrum 5.400 ºK), con emisión continua en los siete colores del arco iris, como la emitida por el sol. Con los LED se ha logrado cierta apariencia de luz blanca, mezclando colores puros complementarios (amarillo+azul).
Resulta una luz que engaña al ojo, parece blanca, pero daña el sistema nervioso, y tiene muy mala reproducción cromática, como puede testimoniar cualquier fotógrafo, o experto en textil. Consecuentemente, no es aconsejable usar luz de LEDs como iluminación general, pues crearía fatiga visual y daño ocular a corto plazo.
Riesgo infantil
Nos preocupa especialmente la proliferación de dispositivos con LED en manos de niños. Y nos referimos a tablets, videoconsolas, ordenadores y smartphones, pues debido a los nuevos hábitos de consumo se trata de exposición de larga duración, crónica y habitual, que en los menores significa un incremento de riesgo que debe investigarse y prevenirse.
Debe considerarse que en la investigación de UCM las células de epitelio fueron expuestas a la luz LED sólo durante tres ciclos de 24 horas, o sea tres días. Obviamente esto no permite inferir el daño que significa tener exposición a la iluminación LED de modo habitual durante años. A medio y largo plazo la invasión de sistemas basados en LED puede tener efectos devastadores en el ojo y otros daños en el sistema neurológico.
Por eso recomendamos minimizar el uso de dispositivos con LED, especialmente en los niños, y el uso general de iluminación biológica, porque en ausencia de la luz natural del sol, que sería lo deseable, necesitamos una luz artificial que sea lo más parecida posible a la luz solar.
© Carlos Requejo y equipo Domosalud.
Octubre 2013.