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Bombillas con conexión WiFi que sirven para mucho más que iluminar
Hablar de bombillas de colores me recuerda a los guateques de la adolescencia o las noches de estudiar bajo la luz de una bombilla azul, que decian que ayudaba a la concentración. De eso hace ya unos cuantos años. Y desde entonces esto de la iluminación ha cambiado tanto que uno no deja de sorprenderse.
De las bombillas de filamento incandescente hemos pasado a las lámparas LED en muy poco tiempo. El cambio no sólo ha afectado a como iluminamos las noches. La tecnología LED, aunque aún no ha conseguido reproducir la misma sensación agradable que las viejas bombillas, ha permitido toda una revolución en las formas. Hay lámparas de todo tipo, focos con cualquier forma, tubos de pequeños puntos de luz que permiten dibujar e iluminarla lo que queramos...
Pero hoy nos vamos a detener en las nuevas posibilidades que ofrecen las bombillas LED. Para entender la revolución que se está iniciando hay que tener en cuenta que, en esencia, la tecnología LED supone la digitalización de la iluminación como los ordenadores lo fueron para la mecanografía y las máquinas de escribir. Para que los LED iluminen necesitan de un base formada por chips y circuitos integrados.
Por eso, basta con añadirle más chips para que puedan hacer más cosas que dar luz. Bombillas LED ya hay muchas. Pero en esto de darles más usos los pioneros están siendo los de Philips. La gran multinacional holandesa ha sabido modernizarse y no sólo subirse al carro de la tecnología LED. Ahora son quienes lo llevan.
Sus bombillas LED de la línea hue no sólo reemplazan a las viejas incandescentes. Como toda bombilla LED consumen muchísimo menos y duran muchísimo más. Pero hue es algo más. Con una combinación de distintos materiales, sus LED pueden emitir toda la gama de luz blanca, desde la más cálida hasta la más fría. Además, jugando con los tres colores básicos pueden ofrecer 16 millones de colores.
Y no lo hacen bajo un patrón fijado, somos nosotros los que decidimos qué color emiten. Para conseguirlo, las bombillas hue cuentan con conexión WiFi. Eso hace que puedan recibir instrucciones de forma inalámbrica. Por eso algunos las llaman de forma algo pretenciosa bombillas inteligentes.
El círculo lo completa una aplicación que, instalada en el móvil o la tableta, es la que controla realmente la iluminación de las bombillas hue. La última versión de la app acaba de salir y sus funciones no dejan de crecer. Lo más básico es que permite elegir de una paleta de colores el tono que queremos que emita la bombilla. Como el pack de inicio de hue viene con tres bombillas, podemos jugar a iluminar la casa con distintos tonos.
Hue puede configurarse para adaptar la iluminación a nuestro estado de ánimo. Con el trabajo previo de expertos, han programado diferentes iluminaciones para relajarse, concentrarse, cargarse de energía o leer. En Philips las llaman recetas de luz. Sus bombillas también pueden servir como despertador, aumentando su intensidad para despertarnos sin el sobresalto de una alarma. Una de sus posibilidades más evidentes es que, mediante el móvil, podemos encenderlas o apagarlas cuando no estemos en casa. Es una medida de seguridad eficaz.
Pero eso es sólo el principio. La nueva app de hue convierte a la luz en medio para enviarnos mensajes. Podemos programar el sistema para que las luces emitan un tono o parpadeen cuando recibimos un mensaje en el móvil, cuando nuestras acciones en la bolsa bajen demasiado o para sincronizar sus tonos con los de la película que estamos viendo. Es sólo cuestión de tiempo y ganas que los programadores les encuentren nuevos usos.
Aunque Philips ha sido la pionera con hue, ya empiezan a surgir nuevas bombillas inteligentes. Una de las que más me ha gustado es LIFX. Me atrajo porque es de esos proyectos nacidos de la colaboración de muchos aportando un poquito (el crowdsourcing). Tras presentar su idea, han sido millones en todo el mundo los que han encargado sus bombillas aún siendo sólo un boceto.
Ya las están fabricando y vendiendo. Comparten muchas de las funciones que tienes las hue de Philips. Como éstas, ofrecen una paleta de 16 millones de colores, también son inalámbricas y se controlan desde el móvil. Su aplicación te aconseja qué color elegir según tu estado de ánimo o lo que vayas a hacer.También sirven para emitir avisos y notificaciones de Facebook, Twitter, el correo...
Sin embargo, su gran ventaja frente a las hue es que no necesitan de la estación base que sí requieren las hue para funcionar. El cacharro es el puente entre el móvil y las bombillas y el encargado de procesar las instrucciones que reciben. En LIFX han encontrado la manera de que todo vaya en la bombilla. Así que sólo hay que enchufarla, instalar la aplicación y a vivir el color.
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