Hágase la luz
Las lámparas de pie vuelven a recuperar protagonismo frente a los halógenos, tan utilizados en los últimos años
María José Iglesias 06.09.2013 | 13:15
Una deficiente iluminación arruina el espacio mejor decorado del mundo. Por eso es tan importante elegir bien los puntos de luz y los elementos que la proporcionan. Como premisa podemos empezar por huir de las luces directas, que suelen resultar molestas y poco acogedoras.
Por el contrario, se imponen los focos luminosos estratégicamente situados. Las lámparas de pie vuelven a recuperar protagonismo frente a los "halógenos" tan utilizados en los últimos años.
Y como en muchos otros sectores del diseño relacionados con el hogar, Italia va por delante. Una de las firmas de referencia en el universo de la iluminación es Pallucco, con una sorprendente línea de lámparas de pie en la que pueden encontrarse propuestas de todo tipo. Se caracterizan por un diseño contemporáneo y discreto, características muy demandadas para un salón de estilo moderno.
La lámpara de pie Fortuny es un tributo de la firma italiana a una lámpara considerada contemporánea y eterna de la iluminación de interiores. El primer modelo fue creado por el español Mariano Fortuny y Madrazo, afincado en Venecia, a principios del siglo pasado.
Las lámparas Coral presentan una estructura muy sencilla, que se completa con una curiosa parte superior que imita el diseño del coral marino. Foglie es otra de las posibilidades. Su propia diseñadora, Matali Crasset, explica que la creó representando la magnificencia de la Naturaleza. "Quería plasmar la fuerza de ésta con su resurgir primaveral de cada año, una fuerza vertical que se desarrolla en el espacio buscando la luz", señala.
La Foglie se inspira en el diseño de un árbol floreciendo, con el pie haciendo las veces de tronco del árbol y las ramas creciendo en vertical, al igual que la luz que emite la propia lámpara.
El rey de los plisados
Hacia 1907, Fortuny y su esposa, Henriette Negrin, tras un viaje a Grecia, confeccionaron el vestido Delphos inspirándose en los chitones jónicos de la antigua Grecia: una sencilla túnica de tela plisada que cae libremente a ambos lados del cuerpo adaptándose a la anatomía. Se trata de un vestido de seda densamente plisada.
En ocasiones le añadía adornos realizados con cuentas de vidrio de Murano. Para rematar la inspiración griega otras veces se ponían cintas de seda en la cintura con dibujos en oro y plata. El diseño original de Fortuny ha inspirado a numerosos creadores actuales.
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