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miércoles, 3 de julio de 2013

Más sobre polución lumínica

Madrid debería reducir su contaminación lumínica como París
Contemplar las estrellas en el cielo madrileño resulta cada vez más complicado. Es el efecto más evidente, aunque no el único, de la contaminación lumínica, un fenómeno que, por ejemplo en Madrid, reduce de 6.900 a 50 los astros visibles. Aunque la conciencia social sobre este problema resulta todavía escasa, la ciudad de París ha decidido tomar cartas en el asunto, reduciendo drásticamente la iluminación en sus calles. Expertos y ecologistas defienden la implantación de medidas similares en capitales como Madrid.
Desde el pasado 1 de julio, la 'ciudad de la luz' obliga a todos los edificios no residenciales y a los escaparates comerciales a apagar su iluminación interior entre la 1.00 y las 7.00 horas de la mañana. Su objetivo es claro: recortar 250 mil toneladas de CO2 al año, el equivalente al consumo anual de 750.000 hogares. Ecologistas y expertos españoles aplauden la iniciativa francesa y abogan por que otras ciudades con un elevado índice de contaminación lumínica, con Valencia y Madrid a la cabeza, tomen ejemplo. Así lo destaca Fernando Jáuregui, presidente de la Asociación contra la Contaminación Lumínica 'CelFosc' (Cielo Oscuro), que denuncia que "consumimos mucha más electricidad de la que necesitamos. España tiene la mayor potencia lumínica instalada de toda la Unión Europea", explica este astrofísico a Madridiario. Fe de ello dieron no hace mucho las cámaras de la NASA, que captaron los 'excesos' madrileños de luz a 400 kilómetros de altitud.
Este "derroche de luz" que apunta Jáuregui se atribuye generalmente a la creencia popular que vincula la cantidad de luz a la seguridad de las calles. "Lo que realmente aporta seguridad es la uniformidad de la luz, no la cantidad", matiza Jáuregui, refiriéndose a las estadísticas de delincuencia de aquellas ciudades que han decidido disminuir sus niveles lumínicos de madrugada.
Este 'despilfarro', que contrasta con la actual situación de crisis económica, se intentó paliar en 2008 con el Real Decreto 1890/2008, de 14 de noviembre, por el que se aprobaba el Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior. Esta disposición contemplaba la reducción a la mitad de los niveles de luz en determinadas franjas horarias y la catalogación de las unidades de alumbrado según la eficiencia energética, entre otras muchas medidas que de momento no se están aplicando.
Para el presidente de 'CelFosc' la solución para reducir los índices de contaminación lumínica pasa por una adecuación de la potencia utilizada en las luminarias y la correcta orientación de la luz. "Con esas dos medidas tan sencillas podríamos alcanzar un ahorro del 35 por ciento", subraya a Madridiario. Dos iniciativas con las que muestran su total acuerdo desde Ecologistas en Acción: "Se trata de iluminar de forma adecuada y eficiente, evitando la emisión de luz directa a la atmósfera y empleando la cantidad de luz estrictamente necesaria dirigiéndola allí donde necesitamos ver".  Desde la organización ecologista se incentiva además medidas similares a las adoptadas en la capital francesa, como la reducción de la iluminación durante la madrugada, la regulación de l apagado de iluminaciones monumentales, ornamentales y publicitarias.
Consecuencias sobre la salud 
Pero la contaminación lumínica no se limita únicamente a un problema medioambiental. Son muchos los estudios científicos que investigan las posibles repercusiones de ciertos tipos de alumbrado sobre la salud humana. Diversos informes científicos apuntan a que la falta de oscuridad, asociada a iluminaciones como la de los leds de alta potencia, podría incidir sobre la regeneración de tejidos y la aparición de determinadas enfermedades como el cáncer.

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